lunes, 20 de noviembre de 2017

Sandrah Mendoza (1994 )


 Movimientos de ola



En este espacio que guarda mi cuerpo vacío
 los golpes de vidrio, la península
me esperará el arco de asombro
con las tonsuradas columnas de tus ansias

esperará al anfibio muerto por fiebres
que se tragan sus propios desastres
cuando espían el momento de apagar la tiniebla
craneados - con sus respuestas corales
imbuidos  toscamente
entre su saliva rústica y el estupor puro


sé, acabaremos míseros,
pero con luz de bengala viva
tú ganarás con tu sombra
con tus nervios ópticos -  curvos
con tus dos ases sordos de lodo


soy ahora quien carga entre los senos
una lluvia de nebulosas
de caos práctico que en sotol nada
que escupe luces - locas luciérnagas
cangrejos de plata en reverso
mi gran tintero teórico
las florecillas de un Saturno que observa
     cómo los cometas de un bocado me besan
             y aparece una armonía frenética - vorágine
con tu lengua sin dientes, entre grietas suaves
tu violencia metódica
el instinto,  las piruetas

el mendigo  del alba parezco
un perro golpeado por el camino que dejó
                                 el licor de tus muslos
los escalofríos infinitos
mi reino es de tardes vacías  y fastidiosas
desde entonces

hay aquí una ausencia que excita a la fuga
a las ansias progresivas del descorche de amígdala
del bingo que nunca grito
y está mi encéfalo atrofiado por el volumen de tu lengua brava
de tu puño del polvo, genio
de tu mirada aguja que lleva los planes en el cielo
los planos de la batalla
y un porvenir acuchillante que me estrella
en tu geometría ninfal


me escondo entre las flores espumosas de Plath
me bailan con medias en el columpio
me vuelven mecánica cuántica e interferencia de voces
tú de nuevo entre ellas
tu centro de curvas - come entrañas
            te vuelves mi azotea, mi albergue
             mi hogar de buganvilias, de matiz hambrientas
                       con aroma de hachís itinerante en los espacios
                              la euforia de dios

mi garganta con sus ecos tiembla
tus huecos con peces dorados me asustan
como los dardos que me lanzas
y la hipnosis todo el día
los aullidos de mi glándula endórfica
me estanco en la ausencia de tus perímetros
me vuelvo blando
cuando afuera el mundo camina
con sus óxidos opacos
con sus anormalidades tan distantes
de sí
                desconectados/
con sus síntomas patológicos sin atender
pendulando en la vida
a nada de irse más abajo
hablo, claro, de mí
de no cortar el cordón umbilical a tiempo
de que  los vestidos los llevo sucios de pecado
de ir con aliento etílico
con mis pulsiones humeantes
y el innato impulso previsto por simios
por el masivo reino animal

son las perturbaciones mántricas
de anestesias en el omóplato
cuando serpenteas entre mí con tus carnes corrosivas
/ Astillándome la piel
 provocando contracciones
y adicciones que me vuelan el orgasmo
volcánicamente un zumbido de avispa me atrapa
me lleva a otra galaxia
que es el grito de tu nombre.


("monolito"blogspot)




















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